viernes, 28 de septiembre de 2012



Como ayuda a las personas ser escuchados
Mgter Nelson Riquelme Pereira
rikelmeinfo@yahoo.com

“Me estas estorbando” – me dijo la señora a quien le acaba de dar mi puesto en el Metrobus. “Jo, no te fijas” -continuo, tratando de empujarme para hacerme a un lado con un movimiento de hombros, mientras espetaba una palabra soez que parecía muy natural en su lenguaje. Fue como darle cuerda. Comenzó una letanía de insultos malamente disimulados que empezaban con la frase “La gente no...” y se refería al respeto, a la consideración, a la caballerosidad, a las calamidades. Tratando de contar su perorata, le ofrecí disculpas, a pesar de que pensaba que no había cometido más error que darle mi puesto.



No sirvió para nada o tal vez si, porque cambio de tema. Su nuevo tema iba, más o menos, así: “La gente cree que pedir perdón es suficiente, m%&, eso no resuelve nada. Qué pasa con daño, qué pasa con el sufrimiento... pasando a relatar una anécdota a la cual, sin las apropiadas referencias, no halle ni pies ni cabezas. Sin embargo, que ella contara esta vivencia que tenía mucha frustración, enojo y odio mal digeridos, hizo que no dijera sus cuatro verdades, pues a partir de allí entendí que la señora no se estaba refiriendo a nuestro encuentro. Solo estaba usando ese episodio para desahogarse.

Aprovechando que la persona que estaba al lado de la señora se paró, me senté a su lado y en tono, que quería sonar amable, le pregunta si estaba bien. Otra vuelta de tuerca al tema. Contestó con un gesto de negación que acompañó con una mirada que le partiría en alma a cualquiera, y comenzó una letanía que hechos y tragedias personales, de infortunios y pesares, de soledades, hijos malagradecidos y abusos familiares. Yo solo le escuché, escuché tratando de que la tristeza que irradiaba no me contagiara. Diciéndole en los momentos en que la voz se le cortaba, que ella me parecía muy fuerte. La escuché desde los Pueblos hasta la Vía España a la altura de los juzgados de familia, porque según me dijo estaba citada para un asunto que tenía que ver con sus nietos. Al prepararse para bajarse suspiró profundamente, me miro a los ojos por primera vez y me dio las gracias sin mayores explicaciones.

Cuando se hubo bajado, me puse a pensar sobre esta experiencia y recordando haber leído sobre un japones, Van Damme Hiratakta, que ofrece servicios de “escuchador” en la plaza del barrio de Shibuya de Tokio, me sentí homólogo de este personaje, solo que a diferencia de él yo escuché a mi persona mientras viajábamos en un metrobus, no necesité un letrero de “Te Escucho”, ni por supuesto, no ofrezco mis oídos a cien personas por semana.

Reflexioné también acerca de ¿cuantas veces resulta mejor no confrontar a las personas que aparentemente nos están atacando? Se necesitan, al menos, dos personas para una disputa o un mal entendido. Las personas no pueden discutir solas. A veces se requiere solo un evento desencadenante y un caldo de cultivo para provocar una tragedia y, por otro lado, contar con una persona dispuesta a escuchar atentamente, en lugar de dispuesta a agredir, puede obrar maravillas sobre nuestro estado de ánimo.

Esta experiencia me dio cuerda para muchas más reflexiones. Pensé además en que este es parte del trabajo de sacerdotes, religiosas, pastores, psiquiatras y, sobre todo, psicólogos. Profesionales de las ciencias de la ayuda que se dedican a proveer servicios de atención educativa, psicológica y/o espiritual para prevenir y tratar el malestar o sufrimiento de las personas, ayudarles en su crecimiento personal y social de manera que puedan mantener su salud mental y social en óptimas condiciones. ¿Y a ti qué reflexiones te provoca?


¿Qué es la psicoterapia y como puede ayudar a las personas?
Mgter. Nelson Riquelme Pereira

Jorge P., un hombre de treinta y tantos años, está pasando por serios problemas tras su reciente divorcio, se siente bastante deprimido, desanimado y pesimista acerca de cómo enfrentar su vida de ahora en adelante.  Jorge se siente culpable y confuso acerca de su personalidad y de cómo esta había afectado su matrimonio. Tiene muchas cosas que arreglar: la relación con sus pequeños hijos, las pensiones alimenticias de los niños, la nueva relación con su ex esposa, la administración del dinero, de su tiempo, de su vida, etc. Sus amigos, observando el estado de ánimo en que se encuentra Jorge, le sugirieron que fuera a terapia psicológica.  Interesado preguntó a un psicólogo amigo que en ¿qué consistía la psicoterapia? Y ¿cómo podría él beneficiarse de ella? Y esto fue lo que el psicólogo le contestó:

La psicoterapia es un proceso intenso e interpersonal, por medio del cual un individuo recibe ayuda y asistencia al dialogar y/o trabajar con una persona preparada. Generalmente implica ayudar y/o asistir a personas normales a enfrentarse a situaciones y problemas normales, a analizar y trabajar con situaciones y oportunidades propias de diferentes niveles de desarrollo, auxiliar a personas con dificultades de adaptación, personas que tiene dificultades en sus procesos de pensamiento, emociones o conducta, dificultades generadas por su entorno social, por su forma de vivir y sus particulares condiciones fisiológicas, neurofisiológicas o psicológicas.

La psicoterapia parte del conocimiento que tiene el sujeto de sí mismos y de sus posibilidades humanas, procurando  apoyar a las personas a lograr la integración plena de su personalidad, a desarrollar sus habilidades, destrezas interpersonales, y a resolver sus conflictos psicológicos, facilitando que pueda vivir como miembro activo y productivo de la sociedad a la que pertenece, con bienestar y conciencia plena de su persona, su entorno y de su papel en este.

Como proceso, la psicoterapia propone un crecimiento personal a partir de una situación inicial de conflicto, inconformidad o disfuncionalidad a una situación de dominio, funcionalidad e integración personal de lo aprendido y de la toma de conciencia.  Es por tanto, una situación educativa o autoeducativa en un ambiente y condiciones especiales y supone una relación privilegiada con un profesional de la salud mental basada en la confianza, la empatía, la aceptación, el trabajo personal y la confidencialidad.

La psicoterapia puede promover la toma de decisiones y procesos electivos por parte de las personas o puede procurar la promoción, recuperación o ajuste de la salud mental, la adaptación personal, el bienestar y el crecimiento emocional. En el primer caso, se habla de psicoterapia u orientación vocacional y profesional; en el segundo, se habla de psicoterapia psicológica. Esta última puede ser individual, grupal, de pareja, familiar, salud mental, etc. El tipo de psicoterapia se define en función de los objetivos y los participantes adscritos al proceso.

En la psicoterapia, se exige al psicoterapeuta el dominio y utilización de diversas técnicas y procedimientos para proveer la ayuda y brindar la atención debida. En términos generales incluye: establecer una relación de trabajo, animar, proveer información, interpretación de test psicológicos y proyectivos, diagnosticar, escuchar, análisis de la conducta, los pensamientos y los sentimientos expuestos, procurar la toma de conciencia, ayudar en la toma de decisiones, asistir al individuo a resolver sus problemas, aprendizaje, etc. De igual forma, la psicoterapia aplica los conceptos relevantes de las diversas teorías psicológicas y puede identificarse con ellas (psicoterapia analítica, rogeriana, adleriana, cognitiva, conductista, etc.).

En síntesis, tenemos que la psicoterapia procura ayudar a las personas (clientes) a mantener transacciones de crecimiento consigo mismos, con los demás y con su medio social; a cambiar aquellas conductas que son autodestructivas o destructivas para otros; y, a adquirir destrezas que capaciten a la persona para vivir más efectivamente.  La terapia psicológica puede atender problemas del sueño, problemas con el peso, abuso de alcohol o tabaco, cansancio crónico, problemas médicos de larga duración,  tener poco dinero para final de mes, poco dinero para cubrir necesidades básicas, exceso de deudas, gastos imprevistos, poco dinero para aficiones y tiempo libre, trabajo monótono y aburrido, relaciones difíciles con el jefe o superior, problemas de relación con los compañeros, temor a perder el trabajo, mala relación con los vecinos, casa demasiado pequeña, malas condiciones de la vivienda, casa demasiado apartada de trabajo o escuela.

Además, puede ayudar con problemas de timidez o vergüenza con otras personas, tener pocas amistades, ser muy sensible a las críticas de los demás, dificultad para llevar una conversación, tener poco tiempo libre, disfrutar poco de las diversiones, poca habilidad para el deporte, deseo de viajar, desacuerdos con la pareja, desacuerdos con otros familiares, ruptura o separación matrimonial, problemas con los niños o la escuela, dificultad para controlar la irritación, exceso de ansiedad o nerviosismo, exceso de exigencia y perfeccionismo, sentimientos depresivos y problemas con las relaciones interpersonales y sexuales.

En algún momento de la vida todos podemos necesitar un poco de ayuda porque tenemos que enfrentar alguna de las situaciones descritas anteriormente y, por tanto, nos beneficiaríamos de exponer nuestras preocupaciones y ansiedades ante un profesional que nos escuchará y que nos atenderá sin juzgarnos, aceptándonos como personas falibles, poniéndose en nuestro lugar, encontrando nuestro potencial de crecimiento y ayudándonos a tomar conciencia plena de nuestra situación, guiándonos hacia el camino de la solución más accesible o hacia la adaptación posible a nuestra condición o circunstancia.




Como ayudar a las personas
Nelson Riquelme Pereira
Mgter. Orientación en Salud Mental
rikelmeinfo@yahoo.com

“Tengo un amigo, Esteban, que tiene muchos problemas”, me dijo la señora Claudia, lágrimas corriendo por sus mejillas, “y yo, yo no sé cómo ayudarle - continuo- porque sus dificultades son muy grandes.  Él confía en que puedo ayudarle, no quiero defraudarle, pero realmente no se qué hacer, no quiere hablar con nadie más, no confía en ninguna otra persona, dígame ¿qué puedo hacer?”

Pensando en el predicamento de Claudia decidí mostrarle algunos criterios mínimos que han de tomarse en cuenta cuando uno realmente quiere ayudar a una persona.  Son sencillas formulas de comunicación interpersonal que le permitirán a doña Claudia conocer los problemas de su amigo Esteban y orientarlo en caso de que  necesite ayuda profesional.

Escuche atentamente: Las personas que tienen dificultades suelen agravar su situación si les falta alguien para compartir sus penas, sus emociones y sus pensamientos.  Cuando las personas comparten sus problemas se desahogan, esto los tranquiliza, permitiéndoles pensar mejor y, como resultado, eventualmente, encuentran alternativas o respuestas para enfrentar la situación.  En principio escuche todo lo que Esteban tenga que decir, con cuidado y prestando atención a los detalles.

Cree un ambiente propicio para el desahogo, libre de distracciones, cálido, con suficiente intimidad y decida escuchar sin interrumpir con preguntas necias y sin aventurarse a ofrecer soluciones inmediatas.  Use gestos y palabras que le den a entender a Esteban que usted le está prestando atención.  Mírelo mientras habla, muéstrele que le está escuchando evitando hacer juicios de valor, anticipar a lo que trata de decir, hacer comparaciones, ofrecer consejos a priori o eliminar ciertas informaciones.

Comprenda los problemas bien: Procure tener una clara idea de cuál es el problema que aqueja a la Esteban, luego de escuchar con atención pregúntele acerca de sus sentimientos, cómo se explica estar en la situación en que está, qué ha hecho al respecto y cuáles son sus opciones.  Ayúdele a reformular sus dificultades de manera fría y objetiva, ayúdele a tomar conciencia de cuales emociones están involucradas en la situación, del papel que estas juegan en el conflicto y de las razones o emociones que le impiden llegar a soluciones.

Dígale que la solución generalmente toma tiempo.  Es iluso esperar que un problema que se forma en un periodo de tiempo se solucione instantáneamente.  Ayude a Esteban a dimensionar el problema, a decidir cuál será el primer paso y de allí como continuará, a ver con qué recursos personales y sociales cuenta y qué personas pueden asistirle.  Anímele a tener paciencia, a tolerar la frustración y a ver el problema en perspectiva.

Ofrezca esperanzas: Las personas que tienen problemas, como suelen tener una visión negativa o fatalista de la vida, necesitan que quien les escucha les ofrezca esperanzas y que les indique que las cosas pueden mejorar si se empeña decididamente en realizar cambios en su vida.  Pero, esté atento a no dar la impresión de que subestima o menosprecia en problema de esta persona o su capacidad de razonar.  No use frases como: “... eso no es nada”, “tú te preocupas por esa pend...”, “eso no es problema, problema es el que yo tengo”..., etc.  Ante todo, asegúrele a Esteban que usted confía en que con esfuerzo, dedicación, motivación y una actitud positiva puede salir fortalecido de esta situación y prepararse mejor para las cosas por venir.

Muéstreles como enfrentar los problemas de forma creativa.  Revise con Esteban otros problemas que haya resuelto, analicen cómo llegó a esa solución y porqué está situación es diferente.  Procure que vea el problema desde diferente ángulo o perspectiva, piense creativamente qué cosas puede sustituir lo que causa el problema, con qué le se puede combinar, adaptar o modificar, cómo cambiar uno o varios elementos del problema o en las actitudes de la persona o las personas implicadas.  Recuerde que a veces para cambiar la realidad y sus circunstancias una persona tiene que comenzar por cambiarse a sí mismo.

En síntesis, la mejor forma de ayudar a Esteban a resolver sus problemas es orientarle a afrontar la situación de manera que pueda manejar decidida, honesta, valiente y creativamente las dificultades a las cuales se enfrenta, mientras fortalece sus destrezas personales, generando una actitud proactiva y una visión optimista de la vida..Recuerde siempre que usted no puede resolver los problemas por Esteben, que él tiene que hacer uso de sus recursos personales a fin el encontrar las soluciones más afectivas.

Si estos criterios no funcionan o lo hacen muy lentamente, si Esteban está muy afectado por la situación, si sus recursos personales son muy limitados y por el bienestar de su amigo oriéntelo para que procure asistencia psicológica.  Los psicólogos están capacitados para atender las dificultades emocionales, conductuales y los problemas existenciales de las personas con gran sentido asistencial y ético, procurando la conveniencia, seguridad y el desarrollo integral de quienes buscan sus servicios.

Notas Psicoterapeuticas: Introducción

Este blogs pertenece a los psicologos Nelson Riquelme y Abigail I. Quintana.  Tiene el propósito de compartir algunas ideas y notas psicoterapeuticas para ayudar a las personas a conocer lo que puede hacer la psicoterapia por ellos.

Parte del principio de que la psicoterapia es una de las ciencias de ayuda que, junto al counseling y otras ciencias, se propone ayudar a las personas a resolver problemas